Las prótesis auditivas y los implantes cocleares. El poder de volver a oír.
8 marzo 2021 | en Fonema., Logopedia
La hipoacusia es la disminución de la capacidad de oír, llegando incluso a la pérdida total (cofosis). Según la Organización Mundial de la Salud más del 5% de las personas padecen una alteración auditiva. Gracias a los avances de la medicina, se puede paliar esta alteración con diferentes dispositivos.
La audición es uno de los sentidos que tenemos en nuestro cuerpo. La capacidad auditiva nos permite llevar una vida normal a nivel social, personal, educativo y laboral. Pero conocemos diferentes personas que, por unas circunstancias u otras, presentan una dificultad en este ámbito. Dependiendo del momento de pérdida, podemos tener problemas en el desarrollo del lenguaje, hasta de nuestras capacidades diarias.
El sentido de la audición se desarrolla gracias al completo sistema que tenemos en nuestro oído. La entrada de las ondas sonoras producidas por un sonido, entran por el conducto auditivo externo (CAE) hasta el tímpano. Éste produce una vibración que, gracias a los huesecillos del oído medio (martillo, yunque y estribo), mandan la información al laberinto y activan la cóclea, que lo convierte en impulsos eléctricos o señales químicas para que los reconozca el nervio auditivo, que llega al cerebro y se interpretan adecuadamente.
Cuando alguno de estos pasos falla, es necesario utilizar algún dispositivo para corregir lo máximo posible. Tenemos diferentes tipos según la alteración:
- H. Conductiva o de transmisión: cuando la afectación se produce en el oído externo o en el oído medio.
- H. Neurosensorial o de percepción: la alteración se integra en el oído interno o en el nervio auditivo.
- H. Mixtas: cuando la alteración es tanto en el oído medio como en el interno.
- H. Central: las lesiones se centran en el cerebro.
Los problemas auditivos pueden producirse por diferentes alteraciones. Puede producirse desde el momento del nacimiento, por lesiones, exposición a ruidos fuerte de manera frecuente, infecciones, medicamentos, o por la edad avanzada de una persona (presbiacusia). Según la pérdida auditiva que presenta la persona, se divide en pérdidas leves (20-40dB), moderada (40-70 dB), severa (70-90 dB) y profunda (más de 90 dB). En esta imagen se observan diferentes sonidos según sus decibelios. http://implantecoclear.org/index.php?option=com_content&view=article&id=76&Itemid=82
Según el tipo de alteración auditiva que se produce, se utilizará un dispositivo adecuado para conseguir restablecer lo máximo posible la audición. En estos casos, tenemos dos instrumentos generales para ello: la prótesis auditiva y los implantes cocleares.
- Prótesis auditiva: también llamados audífonos. Se trata de unos pequeños dispositivos eléctricos que amplifican, procesan y conducen el sonido para que llegue lo mejor posible. Dentro de ello, existe una amplia variedad de aparatología para paliar las dificultades. Podemos encontrarnos prótesis retroauriculares, endoaurales, intracanales, etc. Además de poder ser de tipo analógico o digital. El profesional encargado de decidir y adaptar el aparato es el protésico auditivo, junto con la ayuda del ORL. Según las dificultades que pueda presentar su hipoausia, junto con la edad y la capacidad de la persona, se le integrará un audífono adecuado para ella. Cabe destacar que muchas veces es necesario un tratamiento logopédico, en casos donde la hipoacusia ha producido una alteración en el desarrollo del lenguaje, e incluso en casos donde es necesario realizar una correcta discriminación de los sonidos.
- Implantes Cocleares: el 25 de febrero de 1957 se realizó la primera operación donde se insertó un hilo de cobre en la cóclea de un hombre de 50 años que padecía sordera total. Desde este día, el campo de los implantes cocleares ha crecido de una manera acelerada, llegando a operar a niños de pocos meses. El implante se basa en un transductor que transforma las señales acústicas en señales eléctricas que producen una estimulación en el nervio auditivo, para mandar su información al cerebro. Consta de una parte externa (parecida a los audífonos) y una parte interna, la cual necesita de intervención quirúrgica para poder integrarlo. En estos casos, es necesario que, tras la operacion, el postoperatorio, la activación y mapeo por parte del protésico auditivo, acudan a logopedia para «volver a escuchar» o para «aprender a escuchar», ya que si son casos de niños pequeños o personas que nunca han oído, deben aprender a identificar, discriminar y comprender tanto los sonidos ambientales como la voz humana y el lenguaje.
La revolución de la medicina en el caso de las hipoacusias y las sorderas totales, ha ayudado a muchas personas a poder volver a escuchar y llevar una vida lo más normal posible.
Queremos expresar la importancia de un buen equipo multidisciplinar, que tenga por objetivo conseguir que la persona pueda llevar una autonomía suficiente para su vida diaria.