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Los trastornos de conducta en edad infantil. La importancia de la salud mental de nuestros hijos.

12 octubre 2020 | en Fonema., Psicología

Los problemas de conducta son en la actualidad una gran preocupación para las familias, la escuela y la sociedad en general, viéndose cuando los niños / adolescentes tienen que cumplir ciertas normas y someterse a un cierto grado de disciplina (Díaz, Jordán, Vallejo y Comeche, 2006) y éstos responden de manera negativa, e incluso violenta. Por ello, Fonema cuenta con una psicóloga infanto-juvenil que atenderá estos problemas, tanto a nivel personal como familiar.

Últimamente, cada día se expone en las noticias de los medios de comunicación casos de hijos que presentan violencia verbal y/o física hacia sus progenitores y otras personas, llegando a un extremo en el que tienen que ser separados de sus padres y recluidos en centros de menores u hospitales. Según el DSM-IV-TR (2000), la prevalencia del trastorno se sitúa entre el 3 y el 7% en niños en edad escolar, aunque durante estos años se han ido incrementando en niños de edades comprendidas entre los 5 y 10 años entre el 4,8% y el 7,4% para niños y entre el 2,1% y el 3,2% para niñas. Los trastornos de conducta son el motivo más frecuente por el que se deriva a especialistas de la salud mental para un diagnóstico y tratamiento. Pero debemos conocer qué es un trastorno de conducta.

Los trastornos del comportamiento perturbador (trastornos de la conducta) en la infancia y en la adolescencia son un conjunto de conductas que implican oposición a las normas sociales y a los avisos de las figuras de autoridad, cuya consecuencia más destacada es el fastidio o la perturbación, más o menos crónica, de la convivencia con otras personas: compañeros, padres, profesores y personas desconocidas (Fernández y Olmedo, 1999).

Los trastornos de conducta se definen por un patrón de comportamiento persistente y repetitivo, donde se violan los derechos básicos de los demás o importantes normas sociales, incluyendo además comportamientos agresivos que causan daño físico, amenazas, crueldad, comportamientos no agresivos que causan pérdidas o daños a la propiedad, fraudes, robos y violaciones graves de normas. Los estudios señalan que entre un 20-40% de niños/as con TDAH sufrirán además un Trastorno de la Conducta.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), el DSM-5 , el cual se utiliza para diagnosticar los diversos trastornos mentales, cataloga los criterios diagnósticos para cada uno de los trastornos del comportamiento. En el caso de los trastornos de conducta, se expone:

  1. Un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que no se respetan los derechos básicos de otros, las normas o reglas sociales propias de la edad, lo que se manifiesta por la presencia en los doce últimos meses de por lo menos tres de los quince criterios siguientes en cualquier de las categorías siguientes, existiendo por lo menos uno en los últimos seis meses:
    Agresión a personas y animales (criterios 1-7), destrucción de la propiedad (criterios 8 y 9), engaño o robo (criterios 10-12) y incumplimiento grave de normas (criterios 13-15):
    1. A menudo acosa, amenaza o intimada a otros.
    2. A menudo inicia peleas.
    3. Ha usado un arma que puede provocar serios daños a terceros (p. ej., un bastón, un ladrillo, una botella rota, un cuchillo, un arma).
    4. Ha ejercido la crueldad física contra personas.
    5. Ha ejercido la crueldad física contra animales.
    6. Ha robado enfrentándose a una víctima (p. ej., atraco, robo de un monedero, extorsión, atraco a mano armada).
    7. Ha violado sexualmente a alguien.
    8. Ha prendido fuego deliberadamente con la intención de provocar daños graves.
    9. Ha destruido deliberadamente la propiedad de alguien (pero no por medio del fuego).
    10. Ha invadido la casa, edificio o automóvil de alguien.
    11. A menudo miente para obtener objetos o favores, o para evitar obligaciones (p. ej. “engaña” a otros).
    12. Ha robado objetos de valor no triviales sin enfrentarse a la víctima (p. ej., hurto en una tienda sin violencia ni invasión; falsificación).
    13. A menudo sale por la noche a pesar de la prohibición de sus padres, empezando antes de los 13 años.
    14. Ha pasado una noche fuera de casa sin permiso mientras vivía con sus padres o en un hogar de acogida, por lo menos dos veces o una vez sí estuvo ausente durante un tiempo prolongado.
    15. A menudo falta en la escuela, empezando antes de los 13 años.
  2. El trastorno del comportamiento provoca un malestar clínicamente significativo en las áreas social, académica o laboral.
  3. Si la edad del individuo es de 18 años o más, no se cumplen los criterios de trastorno de la personalidad antisocial.

Si hablamos del Trastornos Negativista Desafiante, este se define como un patrón recurrente de conducta negativista, desafiante, desobediente y hostil dirigido a las figuras de autoridad y que tiene una duración de al menos 6 meses caracteriza, por lo tanto, por un  enfrentamiento continuo con los adultos y con todas aquellas personas que tengan  algún rasgo de autoridad en especial dentro de la familia y de la escuela.

A- Un patrón de enfado/ irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa que dura por lo menos seis meses, que se manifiesta por lo menos con cuatro síntomas de cualquiera de las categorías siguientes y que se exhibe durante la interacción por lo menos con un individuo que no sea un hermano.
Enfado/irritabilidad
1. A menudo pierde la calma.
2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad.
3. A menudo está enfadado y resentido.
Discusiones/actitud desafiante
4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y los adolescentes.
5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad o normas.
6. A menudo molesta a los demás deliberadamente.
7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento.
Vengativo
8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos seis meses.

B- Este trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el individuo o en otras personas de su entorno social inmediato (es decir, familia, grupo de amigos, compañeros de trabajo) o tiene un impacto negativo en las áreas social, educativa, profesional u otras importantes.

C- Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico, un trastorno por consumo de sustancias, un trastorno depresivo o uno bipolar. Además, no se cumplen los criterios de un trastorno de desregulación perturbador del estado de ánimo.

Nota: Se debe considerar la persistencia y la frecuencia de estos comportamientos para distinguir los que se consideren dentro de los límites normales, de los sintomáticos. En los niños de menos de cinco años el comportamiento debe aparecer casi todos los días durante un periodo de seis meses por lo menos, a menos que se observe otra cosa (Criterio A8). En los niños de cinco años o más, el comportamiento debe aparecer por lo menos una vez por semana durante al menos seis meses, a menos que se observe otra cosa (Criterio A8). Si bien estos criterios de frecuencia se consideran el grado mínimo orientativo para definir los síntomas, también se deben tener en cuenta otros factores, por ejemplo, si la frecuencia y la intensidad de los comportamientos rebasan los límites de lo normal para el grado de desarrollo del individuo, su sexo y su cultura.

Os dejamos más información en este enlace https://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=conduct-disorder-in-children-90-P05670

Es importante exponer que muchos padres se autoculpan de los problemas que padecen sus hijos, pero debemos exponer que existen múltiples factores que han producido esta patología, y es necesario realizar una atención temprana para evitar consecuencias mayores.

Para poder llevar a cabo un correcto tratamiento, es necesario un diagnóstico por parte de un equipo médico especializado en salud mental infantil, los cuales realizarán las pruebas y recogida de información oportunas para valorar el diagnóstico.

Nuestra psicóloga de ámbito infanto-juvenil, puede ayudar con terapia psicológica en el tratamiento del paciente, en conjunto con la familia. Es sumamente importante realizar un tratamiento en conjunto, ya que la familia es uno de los pilares básicos para mejorar las dificultades del niño. Os dejamos el enlace para que conozcáis a nuestra psicóloga https://www.logopediafonema.com/equipo/


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