La lactancia materna y sus beneficios. Los mil primeros días en la alimentación de un niño.

17 mayo 2021 | en Fonema.

El nacimiento de un niño trae consigo un cambio radical en la vida de los padres. Desde el momento que nace, nuestro pequeño activa su sentido de supervivencia, buscando instintivamente tomar el pecho de la madre. La lactancia materna está en auge, y queremos contaros los beneficios que tiene, pero no debemos olvidar casos en los que no puede realizarse.

Después de meses esperando la llegada de un nuevo miembro en la familia, las madres suelen tener dudas sobre cómo alimentarlo, puesto que actualmente existe la elección de poder realizar lactancia materna o lactancia artificial. Debemos dejar claro que lo más importante es que el niño esté alimentado, puesto que los primeros meses de vida conlleva un gran cambio de peso y estatura, y es necesario una buena nutrición. No siempre es posible la lactancia materna por mucho que se quiera, ya sea por la madre (opción de no dar el pecho, mastitis, infecciones, etc.) o por el niño (prematuridad, patología en el nacimiento, problemas en agarrar el pecho, etc), por lo que no se puede tachar a una madre como mejor o peor por esa decisión y/o alteración.

La lactancia materna presenta multitud de beneficios en cuanto a la nutrición del recién nacido. Los mil primeros días de vida del niño son fundamentales para generar una protección contra enfermedades no transmisibles (colonización bacteriana, obesidad, enfermedades alérgicas).

La leche materna, frente a la artificial, conlleva un alto porcentaje de vitaminas, proteínas, grasas (MFGM), hidratos de carbono (oligosacáridos) y minerales, además de defensas (IgA, IgM, IgG, linfocitos T y B), hormonas, factores de crecimiento y enzimas (lactoferrina, lisozima, leptina, amilasa) que ayudan en el desarrollo del sistema inmunitario del recién nacido.

Este periodo de alimentación no solo beneficia a nivel nutricional al pequeño, sino en la relación madre-hijo con el aumento del proceso «Piel con piel». Se trata de exponer al niño sobre el pecho de la madre durante los primeros 120 minutos de vida, donde la relación de apego aumenta considerablemente. Existen multitud de estudios que aportan la ganancia a nivel sensorial en el niño, junto con los comportamientos de vinculación entre los dos seres (relajación, estimulación táctil y térmica, búsqueda de la mirada de la madre) (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20712833/). Además, los reflejos innatos de los seres humanos al nacer, como la búsqueda del pezón de la madre, el reflejo de succión para alimentarse, entre otros. Además, destacar que el piel con piel no sólo puede realizarse en partos naturales, sino que cada vez más se realiza en partos con cesárea, e incluso la figura del padre puede realizar este concepto.

En 2017, se publicó la Guía Práctica sobre Lactancia Materna (Ministerio de Sanidad, España), donde se exponen no solo los beneficios de la lactancia, sino del llamado piel con piel, para el desarrollo de nuestro pequeño. Os dejamos el enlace para más información https://www.aeped.es/sites/default/files/guia_de_lactancia_materna.pdf

Además de las ganancias expuestas, debemos nombrar la importancia del crecimiento maxilofacial favorable al poder realizar el amamantamiento. La importancia de la colocación de los órganos bucofaciales, junto con los movimientos mandibulares y de la lengua, ayudan al normal desarrollo del niño. https://www.instagram.com/p/CJ4E35qKB5b/?igshid=cnohecy1v5l1

Gracias al amamantamiento, se ha demostrado la evitación de deformaciones dentarias, aumento de la respiración nasal, correcto avance mandibular, mejora en la postura corporal en el crecimiento del niño, deglución atípica, y retrognatia de la mandíbula.

No dudéis en acudir a vuestro centro de salud para pedir información sobre la lactancia materna y la posibilidad de tener un asesor en lactancia, que os resolverá todas vuestras dudas.