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La ansiedad en edad infantil. Por qué es importante su diagnóstico y prevención por profesionales de la psicología infanto-juvenil.

19 abril 2021 | en Fonema., Psicología

Durante el último año, por culpa de la pandemia, muchos menores han sufrido dificultades anímicas, llegando incluso a sufrir ataques de ansiedad. En esta entrada explicaremos qué es la ansiedad en la población infantil y cuando es necesario acudir a un especialista de la psicología.

16 de marzo de 2020. Una fecha que no se olvidará. De repente, toda nuestra rutina se rompe y debemos cambiar el rumbo de nuestras vidas. Muchos adultos tuvimos que dejar nuestro trabajo en pausa, y quedarnos en casa, entendiendo el peligro que suponía el contagiarnos del COVID-19. Pero los más pequeños de la casa, sin entender a primeras que ocurría, tuvieron que dejar todo: su colegio, sus amigos, sus parques… No entendían por qué teníamos que quedarnos en casa y no poder ir a ver a sus abuelos, tíos, amigos… Por ello, muchos niños comenzaron a sufrir síntomas negativos, los cuales ni los padres ni ellos mismos entendían.

La ansiedad es un trastorno más común de lo que parece en niños y adolescente (llegando a un 21% de casos). Se trata de una respuesta fisiológica ante una situación que implica riesgo, daño o peligro. Se trata de algo patológico cuando esta situación provoca en el niño diferentes síntomas que alteran su bienestar, y su respuesta resulta excesiva.

El TA (trastorno de ansiedad) se recoge en el DSM-V con los siguientes criterios diagnósticos:

Ansiedad y preocupaciones excesivas (anticipación aprensiva), que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar).

  • Al individuo le es difícil controlar la preocupación.
  • La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (y al menos algunos síntomas han estado presentes durante más días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses (Nota: En los niños, solamente se requiere un ítem):
    1. Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta.
    2. Fácilmente fatigado.
    3. Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco
    4. Irritabilidad.
    5. Tensión muscular.
    6. Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio).
  • La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
  • La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un médicamente) ni a otra afectación médica (p. ej., hipertiroidismo).
  • La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (p. ej., ansiedad o preocupación de tener ataques de pánico en el trastorno de pánico, valoración negativa en el trastorno de ansiedad social (fobia social), contaminación u otras obsesiones en el trastorno obsesivo-compulsivo, separación de las figuras de apego en el trastorno de ansiedad por separación, recuerdo de sucesos traumáticos en el trastorno de estrés postraumático, aumento de peso en la anorexia nerviosa, dolencias físicas en el trastorno de síntomas somáticos, percepción de imperfecciones en el trastorno dismórfico corporal, tener una enfermedad grave en el trastorno de ansiedad por enfermedad, o el contenido de creencias delirantes en la esquizofrenia o el trastorno delirante.

Las causas por las que los niños pueden presentar ansiedad no solo es debido a la pandemia, sino por otras causas como cambio de domicilio y de escuela, enfermedad y/o pérdida de un ser querido, aumento de las tareas escolares y su dificultad, vivencias traumáticas… Cada niño es un mundo, y lo que para un adulto puede ser algo normal, para ellos significa un cambio radical en su vida, y con dificultades para gestionarlo.

Algunos de los síntomas que pueden presentar los niños con ansiedad son los siguientes:

  • Excesiva preocupación por un proceso o un cambio en su vida, continuada en el tiempo.
  • Evitación y retraimiento a adultos o personas de su edad.
  • Dificultad para concentrarse en las tareas académicas o en otras.
  • Infantilización de su comportamiento (como si volviera a ser un «bebe»)
  • Estrés ante situaciones nuevas, o situaciones que ya realizaba anteriormente.
  • Inquietud en las tareas.
  • Cambios emocionales, con rabietas y llantos, llegando incluso a ser agresivo.
  • Micción involuntaria.
  • Problemas al dormir, tanto si es excesivo como no dormir.
  • Falta de apetito o comer en exceso.
  • Dolores de cabeza, estómago, nauseas y/o mareos.

Los trastornos de ansiedad en la infancia, se clasifican en diferentes subtipos, incluyendo trastorno de ansiedad por separación, mutismo selectivo, fobia específica, agorafobia, trastorno de pánico, trastorno de ansiedad social y trastorno de ansiedad generalizada. Para especificar cual es el que presenta el niño, es necesario realizar una correcta valoración por parte de los profesionales de la psicología infanto-juvenil, psiquiatría, y descartar otras alteraciones mentales.

Es muy necesario que la familia esté atenta a si el niño presenta algunos de los síntomas nombrados anteriormente, puesto que ello puede cronificarse en el tiempo y llevar a mayores dificultades.

En Fonema, contamos con especialistas de la psicología infanto-juvenil, que pueden ayudar a nuestros pequeños a resolver su ansiedad. No dudéis en contactar con nosotros.

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